Rapsodia para un insecto incomprendido



Despertar con el ruido del mosquito 

procedente de la nada.   

Noche  

violenta en la mejilla.  

La nevera repleta de grillos. 


Tu boca ausente no repara el pálpito   

oscuro, huérfano de paz.


Se levantan los espectros

no hay escudo, ni espada

para acallar  tanto miedo.

Buscar por el agujero de abajo

el insecticida 

que apague la lumbre  del alba.

Quieres dormir.


Gritar para que se acabe
este tinnitus in-ter-mi-naaa-ble.

El motor enfurecido de un noctámbulo

que se estampa.

Muere

mosquito. Por fin, 

la calma. Canta el pájaro.



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