Ven, hoy te lo diré


Para unos ojos 
que sepan leer con las manos
un corazón oscuro que se abre
como una nuez.

Para los oídos 
que escuchan el latido 
de apertura.


Para unos pulmones
que me acompañen al respirar
al  c 
        a 
          e
             r
al levantarme
al despertar.

Para unas manos 
que hagan de cuenco
cuando tengo sed de
una brizna de hierba
y un lápiz.

Para una sonrisa
que contenga y expanda las letras
del mensaje de la lluvia.

En definitiva, escribo 
para absorber metáforas  
al releer.

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